Los intereses de unos cuantos vuelven a ser más que nuestro deporte. Esto no es novedad, hace unos años fuimos testigos del descenso de la Vecchia Signora del futbol italiano por amaño de partidos; en los 80, el Milan había sido relegado a segunda categoría. Siendo estos casos los que mejor recuerdo.
Recientemente la EUROPOL descubrió corrupción en más de 100 juegos de la UEFA Champions League y campeonatos ligueros, reitero, esto ya no es novedad. Tristemente los arreglos extra cancha suenan con “normalidad”, hasta es sorpresa cuando no los hay.
Una vez más nos encontramos con un capítulo vergonzoso: la selección de Belice fue objeto de esta trampa. Dos de sus elementos fueron tentados por esta bajeza. En el marco de la Copa Oro, sí en el máximo torneo de la CONCACAF. La intención era que perdieran contra Estados Unidos, algo que hoy pudiera parecer lógico (la derrota de Belice frente al conjunto de las barras y las estrellas).
Ofreciendo miles de euros para “dejarse” ganar. La parte monetaria parece ser más fuerte que el orgullo deportivo y el soborno no es más que el camino corto para llegar a ella, probablemente, se les olvida que el esfuerzo, trabajo constante te dan el reconocimiento deportivo y en muchas ocasiones el éxito monetario, simplemente prefieren, sí, el camino fácil y rápido.
La corrupción cada vez es mucho mayor y en cualquier parte del mundo. Es una completa lástima porque se daña la integridad y credibilidad del deporte por excelencia a nivel mundial. Desde América a Oceanía, no hay diferencia. Así como el futbol puede unir masas, el dinero también, claro está en que todos los participantes tienen que salir ganando. Es un fenómeno que no conoce de fronteras.
Un hecho irrefutable es que todos ganan, futbolistas, autoridades y no descarto uno que otro aficionado. Si no estoy seguro que ya se habría acabado. Con esto los involucrados pueden percibir cantidades inimaginables, mucho más de lo que ganarían en su trayectoria seguramente.
Una pena, pero con un poco de resignación creo que esto nunca acabará. Porque sinceramente, ¿A quién no le caen bien unos pesos/dólares/euros más? Y sobre todo, de manera fácil…
El dinero parece importar más que el deporte
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