Hasta nunca

Hoy puede ser el día más grande en la historia del deporte olímpico, claro con una combinación de alegría y tristeza, esto es claro, al criterio de cada aficionado.

Esas dos líneas introductorias son por el más grande atleta en los juegos olímpicos; me refiero al estadounidense Michael Phelps que hoy tuvimos la oportunidad de verlo por última vez en acción en la alberca, ya que había anunciado que después de estos juegos diría adiós a esta justa.

Hace dos días lo recuerdo perfectamente, te narraba la historia de Michael al obtener el récord de preseas conseguidas para cualquier atleta olímpico con 19, sin embargo ayer y hoy consiguió un par de medallas de oro para dejar la cinta en 22 preseas (18 de oro, 2 de plata y 2 de bronce), récord que permanecerá por muchos años más, eso sí, no sabemos por cuantos.

Su especialidad en la natación era el nado de mariposa, con unas brazadas impresionantes, que hacían que cualquier distancia en contra no fuera nada, el único “tropiezo” en esta competencia fue hace unos días cuando perdió a manos de Chad Le Clos la medalla de oro, quedándose con la plata. Sin embargo ayer se reivindicó y obtuvo una medalla de oro en la misma prueba.

Hoy cerró con auténtico broche de oro su participación en la justa olímpica adjudicándose la medalla del metal dorado en la prueba de relevos 4×100 combinados con su equipo estadounidense. Cuando le entregaron su medalla de primer lugar, fue la última vez que Michael subió a lo más alto del podio olímpico.

No sabemos cuánto le falte a Phelps por competir, lo que sí sabemos es que ha marcado historia en el deporte mundial y que somos afortunados en ser testigos de semejantes hazañas, esas hazañas que pasan cada cien años (es un decir).

Desde su debut en Atenas 2004, ha demostrado estar a la altura de la competencia, el trabajo, dedicación y hasta aptitud lo llevaron a ser la gran figura que es hoy, hasta nunca Michael, en juegos olímpicos te recordaremos como el rey de las olas. Hasta nunca campeón…